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En Progreso

Introducción al curso

Naturaleza y propósito
La historia de la Iglesia abarca, en el sentido más amplio, el desarrollo religioso completo desde la creación hasta el tiempo actual, creciendo continuamente en tamaño. En el sentido estrecho, está confinada a una historia del cristianismo y la Iglesia desde el nacimiento de Cristo y el día de Pentecostés, cuando el cristianismo hizo su primera aparición en una forma organizada y distinta de la religión judía. El historiador ha de trazar el origen, crecimiento y trayectoria de la Iglesia y reproducir su vida en las diferentes épocas. El valor de su obra dependerá del grado de su fidelidad o correspondencia exacta con los hechos. La historia de la Iglesia no es un montón de huesos secos, sino vida y poder; es la Iglesia misma en movimiento y progreso constante de territorio en territorio y de edad en edad, hasta que todo el mundo sea lleno con el conocimiento de Cristo. Es la parte más interesante de la historia del mundo, ya que la religión es la preocupación más profunda e importante del hombre, el lazo que lo une con Dios. Abarca la expansión y contracción externa del cristianismo, o la historia de las misiones y persecuciones, la organización visible de la política y disciplina eclesiástica, el desarrollo de la doctrina y teología, la adoración, con sus diversos ritos y ceremonias, las liturgias, poesía y música sagrada, las manifestaciones de piedad práctica, la moralidad cristiana y las instituciones de benevolencia; en una palabra, todo lo que pertenece a la vida interna y externa del cristianismo en el mundo. Es un panorama del trato de Dios con el género humano y de las relaciones del hombre con Dios bajo todos los aspectos. Muestra el gradual desarrollo del plan de redención, un plan de sabiduría y bondad infinita, en conflicto constante con los poderes e influencias satánicas que están luchando por la supremacía, pero que están sentenciados a la derrota y a ser dominados por el bien. Es el mayor triunfo de la sabiduría de Dios sacar el bien del mal y dominar la ira del hombre para su propia gloria y para el progreso de la verdad y la justicia. La historia de la Iglesia es un libro de vida, repleto de avisos y preceptos, de esperanza y ánimo.